Mi corazón arde de amor en la contemplación de tu presencia, eres la llama viva que habita mi pecho y me llena de dicha por existir; tú madre amada, que me recuerdas todos los días la frontera entre la vida y la muerte.
Cada que inhalo tu esencia de rosas, mi alma entera se regocija por existir colgando de tu manto; soy una estrella pegada a ti, brillando en el firmamento de tu sublime presencia.
Contemplo junto a ti tus creaciones de eternidad, gané el lugar titilante a tu lado cuando dije sí a todo lo que en esta sagrada Tierra se mueve.
Me hice una contigo cuando me arropaste en tu capullo permitiendo que mi estrella resucitara en tu regazo, me volví hija de la Tierra, caminé a tu lado para contemplar y admirar cada una de tus creaciones.
Tu corazón y el mio son uno solo encendiendo soles y creaciones, que son partos de luz incandescentes a todas las galaxias donde el Padre Eterno pide tu llama sagrada de Espíritu Santo.
*Imagen tomada de la web
Gracias por anidar en mi pecho tu paloma blanca, me consagro a ti con el primer y último aliento de mi estrella inocente, resguarda mi alma en tus manos santas, abraza mis creaciones y llénalas de luz y amor para que mis hermanos se sientan inspirados a abrir sus corazones y sentirse bendecidos por su existencia.
Báñame en tu Sol todas las mañanas para sonreír desde mi parte más brillante.
Báñame de Luna todas las noches, para brillar siempre más allá de mis sombras que despiertan cuando olvido que tu manto es mi sagrada protección.
Recíbeme en ti, sagrada Madre Serpiente y mantenme fluyendo entre los Universos.
Llena de magia mis manos para ser el milagro viviente desde donde emane tu sublime presencia.
Gracias por permitir que mi estrella brille en el tantra sagrado del tejido universal;
bendice a mi pareja, a mis hijos, a mis árboles familiares y a todas las redes de estrellas titilantes que brillan porque tú existes.
Eres la fuente hecha Espíritu Santo que existe emanando las creaciones divinas de Dios Padre, amada Cuatlicue Tonantzin Tlalli, Madre Tierra hecha Sol como la Gran Madre Cósmica: abrázanos y cúbrenos en tu precioso manto para que nuestras almas se mantengan inocentes y abrillantadas.
Soy tu estrella, te amo.
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