Celebrar antes el cumplir 3 años, representaba que habíamos pasado la prueba de adaptación al cuerpo físico y sobrevivencia.
Todos los que tenemos más de 3 años, nunca hemos sido abandonados, si no, no hubiéramos logrado llegar a esa edad. Las heridas de abandono son un berrinche por pedirle a papá y a mamá más de lo que ya nos dieron: la vida.
A veces por las circunstancias alguien más nos cuidó para lograrlo.
Si ya somos adultos, nos toca ver por nosotros, no abandonarnos y ver por otros cuando se sienten abandonados; así pasamos de una sociedad de sobrevivientes, a una sociedad de seres agradecidos con la vida, útiles y conscientes de la caducidad de la experiencia.
Nunca estuvimos solos; siempre hubo alguien ahí.
Unos tuvimos amor, otros violencia, otros de todo, pero todos tuvimos a alguien ahí para poder sobrevivir.
¿Qué vas a replicar en el mundo: el amor que recibiste o los berrinches de que no fue como tú lo querías?
Recuerda que todas las experiencias son con base en el cash dhármico; tenemos para lo que nos alcanzó el karma: si nos quejamos, solo creamos más karma... si hacemos algo para no abandonar el cuidado del planeta, de la sociedad y de nuestro cuerpo, creamos sabiduría y jamás nos sentiremos solos de nuevo.
¿Qué te parece que hoy miramos con gratitud que un día cumplimos 3 años y que aquí seguimos llenos de oportunidades para descubrirnos un poco más?
*Imagen tomada de la web
Comments