He dormido mucho tiempo... Tanto, que olvidé a qué vine y me sumergí en el mundo de la ilusión.
Hoy un ángel llegó y me dijo:
Mientras más poderosa eres, más controladora actúas... El miedo a perder el control, hace que vivas en un estado de pánico continuo que se refleja en una vida de acción, acción, acción; tanto qué hacer para no estar en el lugar que más te aterra: tu propio centro.
Desde el centro no te puedes mentir, cuando te paras ahí te vuelves vulnerable a la verdad del estado real de tu evolución y tu consciencia.
El control es una ilusión de este plano, mientras más te desgastas en tenerlo, más se te muestra que no es posible tenerlo. Mientras más altas son tus expectativas del otro o de algo, más control deseas ejercer y más frustración surge; apagándose el poder, ahogándose en los llantos de un alma herida que juega a ser víctima y victimaria.
Exiges de todos sentido común y responsabilidad; encargas tareas a los demás queriendo que se realicen rápido y bien. Pero, ¿cuántas de esas tareas te corresponden a ti? ¿Cuántos de esos encargos son órdenes para que te obedezcan y cuántos son verdaderos acompañamientos para lograr resultados colectivos?
Todo tomaba sentido, uno a uno los velos caían frente a mi quemados por la cruda verdad.
Soy controladora; juego un juego que me hace prisionera de mi propia ilusión. Todo se derrumba: las expectativas caen como castillos en el aire, los demás se enojan conmigo en vez de agradecerme lo tanto que creo esforzarme por hacer para ellos y apoyarlos... No entiendo al mundo, me siento sola...
Entonces pregunté:
¿Cómo salgo de mi propia trampa?
Te sonará muy trillado -dijo sonriendo-: con amor...
Aceptándote tal como eres, viajando a tu centro y decidiendo tocar tu vulnerabilidad; mirando tus heridas y aplicándoles bálsamos sanadores.
Ábrete a mirar que no controlas nada, que cada alma trae su propio destino, que es tiempo de inspirar con tu propio poder; haz lo que sí te toca: levántate desde tu centro y brilla... Es tiempo de ser verdaderamente responsable, de tomar consciencia recordando qué haces aquí.
Entonces, nadie podrá volverte a dormir; tus miedos terminarán y la ilusión del control desaparecerá; los demás volverán a ti buscando un faro de luz verdadero que los acompañe con respeto a sus velos, con cuidado a sus heridas, con confianza a sus procesos... Sumarán fuerzas y serás parte de la red consciente de verdaderos trabajadores de la luz no dual unificada.
¡¡Es tiempo!! Tu verdadero poder no puede seguir escondido.
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