Cuando has dado la vuelta a todos los multiversos, no te queda más que volver a la fuente.
Años que no sentía la alergia al polvo y al polen, después de un evento en medio de remolinos, todo mi cuerpo entró en caos: usé mis mejores herramientas para sanar, y pasaban los días y nada, en lugar de avanzar empeoraba. Recibí el apoyo de amigas terapeutas, medio mejoraba y volvía a caer.
Hoy mi pareja me dijo: - Párate en la farmacia para comprar lo que ocupas, no vas a estar sufriendo. Volteé y le dije: - Dame 2 días más, si no lo logro tomo paliativos.- En eso el celular prendió y eran las 11:11, exclamé y dije: ¡11:11!
Mi hija pequeña preguntó: - ¿Eso qué significa ma'? - Es un aviso de sincronía en tu cerebro, a nivel neurociencia, en parte es tu hipotálamo avisándote que tienes permiso y recursos para darle forma a la idea que estás pensando.
En el mundo holístico se dice que los ángeles te avisan que vas por el camino adecuado, mostrándote números repetidos; para mi significa que tengo permiso de tomarme 2 días más para resolver.
Mi pareja me preguntó que por qué me gustaba sufrir si tenía la posibilidad de un remedio para no sentirme mal y le respondí: - Mientras me siento bien no paro, me cuido en lo básico pero frecuentemente paso por alto el mantenimiento profundo, los días que llevo con la alergia me he suplementado, me limpié el hígado y los riñones, estoy muy atenta a mis síntomas, me revisé en mis actos y reflexioné sobre las transformaciones requeridas; estoy tomando esto como un regalo para fortalecerme. Si no logro encontrar la raíz de esto, se me va a mostrar con más fuerza adelante, necesito resolverlo. -
Llegué a casa de mis padres y mi mamá me dijo: - Vámonos solas a comer, yo te invito -. Este evento es súper inusual, pues ninguna de las dos movemos un dedo sin considerar a toda la comunidad que en ese momento esté con nosotras. Así que salimos ambas a comer ¡solas!
Llegamos a un conocido y rico lugar con una característica: ¡una terraza con mucho polvo! Entonces dije: - Me voy a poner mal por la alergia -, mis ojos empezaron a lagrimear y a cosquillear. Y ahí sentadas le conté a mi madre lo que me estaba pasando, en 10 minutos me escuchó, me acompañó y me biodescodificó de una manera ¡magistral!
Vi lo que no había visto y en un instante recuperé la salud, todo mi cuerpo entró en paz y en una profunda gratitud. Pasó más de 1 hora y mi parte mental seguía atenta al momento en que me sintiera mal de nuevo, el polvo entraba a la terraza cada que un carro se estacionaba y ¡nada! Mis ojos seguían estables, mi nariz sin escurrir y mi cuerpo sin estornudar.
Y así pude decir una vez más ¡¡¡Gracias mamá!!! Eres la terapeuta más chingona que conozco y además, mi madre.
Así que aquí estoy, de vuelta al ruedo y con muchos proyectos para darles vida y seguir tejiendo nuestras poderosas redes.
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